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el riesgo de perderte también a ti.
Y ella no pudo seguir odiándolo. Sus palabras le recordaban demasiado sus propios
pensamientos cuando se había tendido para ayudarle, a pesar de lo que los humanos
pudieran pensar de ella.
Fue a uno de los troncos cortados que servían como asientos en torno al fuego y se
sentó.
¿Cuánto tiempo tendré que estar aquí? susurró . ¿Alguna vez sueltan al chivo
expiatorio?
Nikanj se situó al lado de Lilith, incómodo, deseando doblarse en su posición de
sentado pero no hallando en el tronco bastante sitio como para mantener el equilibrio.
Tu gente escapará de nosotros en cuanto llegue a la Tierra le dijo . Lo sabes. Tú
les animaste a hacerlo..., y, naturalmente, lo esperábamos. Les diremos que tomen lo que
quieran del campamento y que se marchen. De lo contrario podrían escaparse con menos
de lo que necesiten para sobrevivir. Y les diremos que recibiremos con los brazos abiertos
a los que quieran volver. A todos. A cualquiera. Cuando ellos quieran volver.
Lilith suspiró.
¡Que el cielo ayude a cualquiera que lo intente!
¿Crees que será un error decírselo?
¿Para qué te molestas en preguntarme lo que pienso?
Quiero saberlo.
Miró al fuego, se levantó y tiró dentro un tronquito. No volvería a hacer esto en el
próximo futuro. No vería fogatas ni recolectaría inga o frutos de palma, ni pescaría un
pez...
¿Lilith?
¿Queréis que vuelvan?
Al final volverán. Es preciso.
A menos que se maten unos a otros.
Silencio.
¿Para qué tienen que volver?
Él desvió la cara.
Ni siquiera pueden tocarse los unos a los otros, hombres y mujeres..., ¿no es así?
Eso pasará cuando hayan estado alejados un tiempo de nosotros. Pero no importa.
¿Por qué no?
Ahora nos necesitan. No tendrán hijos sin nosotros. Los óvulos y el esperma
humanos no se unirán sin nosotros.
Ella pensó un rato sobre esto, luego agitó la cabeza.
¿Y qué clase de hijos tendrán con vosotros?
No me has contestado dijo él.
¿A qué?
¿Debemos decirles que pueden volver con nosotros?
No. Y tampoco seáis demasiado obvios en eso de ayudarles a escapar. Dejadles
decidir por ellos mismos lo que quieren hacer. De lo contrario, la gente que luego decida
volver parecerá estar obedeciéndoos, traicionando a la Humanidad por vosotros. De todos
modos, no os volverán muchos. Algunos pensarán que, al menos, la especie humana se
merece una muerte limpia.
¿Es que lo que deseamos es una cosa sucia, Lilith?
¡Sí!
¿Es una cosa sucia el que yo te haya preñado?
Al principio, ella no entendió las palabras. Era como si hubiese empezado a hablar en
un idioma que ella no conociese.
¿Que has... qué...?
Te he preñado con el hijo de Joseph. No lo hubiera hecho tan pronto, pero quería
usar su semilla, no una impresión. No podía relacionarte a ti lo bastante íntimamente con
un crío mezclado de una impresión. Y hay un límite al tiempo que puedo mantener vivo al
esperma.
Lo estaba mirando, muda. Estaba hablando de un modo tan casual como si hablase del
tiempo. Se alzó y se hubiera apartado de él, pero el ooloi la atrapó por ambas muñecas.
Hizo un violento esfuerzo por liberarse, descubrió que no podía soltarse de su apretón.
¡Dijiste...! Se quedó sin aliento, y tuvo que empezar de nuevo . ¡Dijiste que no lo
harías! ¡Dijiste...!
Dije que no lo haría hasta que estuvieses dispuesta.
¡No lo estoy! ¡Jamás lo estaré!
Ahora estás dispuesta para tener la descendencia de Joseph. La hija de Joseph.
¿Hija...?
Te mezclé una niña para que fuera tu compañera. Has estado muy sola.
¡Gracias a ti!
Sí. Pero una hija será tu compañera durante largo tiempo.
¡No será una hija! Tiró de nuevo de sus brazos, pero él no la dejó ir . ¡Será una
cosa... no humana!
Contempló su propio cuerpo, con horror.
¡Está dentro de mí, y no es humana!
Nikanj la atrajo y le pasó un brazo sensorial alrededor de la garganta. Pensó que le
inyectaría algo y le haría perder el conocimiento. Esperó la oscuridad, casi con ansiedad.
Pero Nikanj sólo la volvió a sentar en el tronco.
Tendrás una hija dijo . Y estás dispuesta para ser madre. Tú nunca lo hubieses
reconocido, del mismo modo que nunca me hubiera invitado Joseph a compartir su
lecho..., sin importar lo mucho que me desease tener allí. Nada en ti, excepto tus
palabras, rechaza a esta niña.
¡Pero no será humana! susurró ella . ¡Será una cosa! ¡Un monstruo!
No debes de empezar a mentirte a ti misma. Ése es un hábito mortífero. La niña será
tuya y de Joseph, de Ahajas y Dichaan. Y, porque yo la he mezclado, la he moldeado, y
me he ocupado de que sea hermosa y sin conflictos mortales, también será mía. Será mi
primer hijo, Lilith. Por lo menos, el primero en nacer. Ahajas también está preñada.
¿Ahajas? ¿Y cuándo ha encontrado el tiempo para ello? ¡Ha estado en todas partes!
Sí. Y Joseph y tú también seréis padres de su hijo. Usó su brazo sensorial libre
para volverle la cara hacia la de él . La niña que salga de tu cuerpo se parecerá a
Joseph y a ti.
¡No te creo!
Las diferencias estarán ocultas hasta la metamorfosis.
¡Oh, Dios, también eso!
La criatura nacida de ti y la criatura nacida de Ahajas serán de la misma camada.
Los otros no volverán a esto dijo ella . Yo tampoco hubiese vuelto a esto.
Nuestros hijos serán mejores que cualquiera de nuestras razas continuó él .
Moderaremos vuestros problemas jerárquicos y vosotros disminuiréis nuestras
limitaciones físicas. Nuestros hijos no se destruirán a sí mismos en una guerra y, si
necesitan volver a hacerse crecer un miembro o cambiarse ellos mismos de algún modo,
serán capaces de conseguirlo. Y tendrán otros beneficios.
Pero no serán humanos insistió Lilith . Y eso es lo que importa. No puedes
entenderlo, pero eso es lo que importa.
Sus tentáculos se anudaron.
La niña que hay dentro de ti importa. Soltó sus brazos, y las manos de ella se
agarraron la una a la otra.
Esto nos destruirá susurró ella . ¡Dios mío... no me extraña que no me dejases
marcharme con los otros!
Te irás cuando lo hagamos todos: tú, Ahajas, Dichaan, yo y nuestros niños. Pero
tenemos trabajo que hacer aquí antes de partir. Se alzó . Ahora nos iremos a casa.
Ahajas y Dichaan nos están esperando.
¿A casa?, pensó amargamente ella. ¿Cuándo era la última vez que había tenido una
verdadera casa? ¿Cuándo podría esperar tener una?
Déjame quedar aquí dijo. Él rehusaría, sabía que lo haría . Esto es lo más cerca
de la Tierra que parece que me vais a dejar llegar.
Puedes venir aquí con el siguiente grupo de humanos. Vámonos ahora a casa.
Ella pensó en resistirse, en obligarle a drogaría y llevársela de regreso por la fuerza.
Pero eso parecía un gesto inútil. Al menos tendría la oportunidad de estar con otro grupo
humano. Una posibilidad de enseñarles..., pero nunca una posibilidad de ser uno de ellos.
Eso nunca. ¿Nunca?
Otra oportunidad de decir: «aprended y huíd».
Esta vez, ella tendría más información para ellos. Y ellos tendrían largas, saludables
vidas ante sí. Quizá pudieran hallar una respuesta a lo que los oankali les habían hecho.
Y quizá los oankali no fuesen perfectos. Podría escapárseles alguna gente fértil, aunque
fuera poca. Y quizá esa gente fértil pudieran hallarse los unos a los otros. Quizá.
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